Producido por Seitaro Kitayama, este corto animado a color se considera uno de los primeros dentro de la historia de la animación nipona.
Narra la fábula del cangrejo y el mono. El cangrejo un día se encuentra un onigiri (bola de arroz) que llegó rodando por la colina, así que cargó con él para llevárselo a sus hijos; en el camino se encontró con un mono, que le quitó el onigiri dándole a cambio una semilla de la que crecería un Kaki (árbol que da caquis o palosanto). El cangrejo se llevó la semilla sin más remedio ya que el mono se había comido el onigiri.
Con mucho esfuerzo cavó un hoyo y el árbol creció. El mono lleno de envidia, sabiendo que el cangrejo no podría trepar, le dijo que subiría a cogérselos, pero a cambio comería primero. Cuando el cangrejo le insistió porque el hambre les acuciaba, el mono le tiró con mala saña un kaki maduro, golpeando al pobre cangrejo.
A los pocos días el cangrejo murió por las heridas, y sus hijos decidieron vengarse por lo que el mono le había hecho, uniéndose a ellos más seres para darle un escarmiento.