En la ciudad de Shit City (un guiño a la obra de Miller-Rodríguez), el gobierno se quiere hacer con el monopolio de la última fuente de energía: los excrementos. Las autoridades se encargan de racionar tan preciada materia, cosa que no sienta bien a más de un adicto. Una tropa de bebés fuera de la ley, un cyborg policía y sobretodo los antihéroes Aachi y Ssipak son los protagonistas de esta irreverente fábula futurista.